lunes, 1 de noviembre de 2010

Las Cruzadas

Las cruzadas fueron una serie de campañas militares comúnmente sostenidas por motivos religiosos llevadas a cabo por gran parte de la Europa latina cristiana, en particular, de los francos de Francia y el Sacro Imperio Romano. Las cruzadas, con el objetivo específico de restablecer el control cristiano de Tierra Santa, se libraron durante un período de casi 200 años, entre 1095 y 1291. Otras campañas en España y en Europa oriental continuaron hasta el siglo XV. Las cruzadas fueron sostenidas principalmente contra los musulmanes, aunque también varias campañas se hicieron contra los eslavos paganos, judíos, los cristianos ortodoxos griegos y rusos, los mongoles, los cátaros, husitas, valdenses, prusianos, y principalmente a los enemigos políticos de los papas. Los cruzados tomaron votos y se les concedió la penitencia por los pecados del pasado, a menudo llamada indulgencia.

Primera Cruzada

Masacre de judíos durante la Primera Cruzada. Biblia del siglo XIII.
Captura de Jerusalén durante la Primera Cruzada.Al Papa Gregorio VII se debe la idea de que los países cristianos se unieran para luchar contra el común enemigo religioso que era el Islam.
El Papa Urbano II (1088-1099) fue quien la puso en práctica. En 1095, la invitación a la lucha contra los turcos arribaría en embajadas francesas e inglesas a las cortes de las naciones europeas medievales más importantes: Francia, Inglaterra, Alemania y Hungría (Hungría no se unirá a las primeras cruzadas por guardar el luto de 3 años del recientemente fallecido rey San Ladislao I de Hungría (1046-1095), quien antes de morir habría aceptado participar en la campaña de Urbano II). El llamamiento formal de Urbano II se sucedió en el penúltimo día del Concilio de Clermont (Francia), jueves 27 de noviembre de 1095, proclamó, al grito de '"Dieu lo volti"'(¡Dios lo quiere!), la denominada primera cruzada (1096-1099).

Cruzada de los Príncipes

Mucho más organizada fue la llamada Cruzada de los Príncipes (denominada habitualmente en la historiografía como la Primera Cruzada) cerca de agosto de 1096. Formada por contingentes armados procedentes principalmente de Francia, Países Bajos y el reino normando de Sicilia. Estos grupos iban dirigidos por segundones de la nobleza, como Godofredo de Bouillón, Raimundo de Tolosa y Bohemundo de Tarento.
Durante su estancia en Constantinopla, estos jefes juraron devolver al Imperio Bizantino aquellos territorios perdidos por éste frente a los turcos. Desde Bizancio se dirigieron hacia Siria atravesando el territorio selyúcida, donde consiguieron una serie de sorprendentes victorias. Ya en Siria, pusieron sitio a Antioquía, que conquistaron tras un asedio de siete meses. Sin embargo, no la devolvieron al Imperio Bizantino, sino que Bohemundo la retuvo para sí formando el Principado de Antioquía.
Desde Antioquía se dirigieron hacia Jerusalén, conquistando algunas plazas por el camino y sorteando otras. En junio de 1099 sitiaron la capital, que cayó en manos de los cruzados el 15 de julio de 1099. En la conquista, los cruzados realizaron una terrible matanza, que no respetó a judíos ni a musulmanes, mujeres o niños.
 
Con esta conquista finalizó la Primera Cruzada, y muchos cruzados retornaron a sus países de origen. El resto se quedó para consolidar los territorios recién conquistados. Junto al Reino de Jerusalén (dirigido inicialmente por Godofredo de Bouillón, que tomó el título de Defensor del Santo Sepulcro) y al principado de Antioquía, se crearon además los condados de Edesa (actual Urfa, en Turquía) y Trípoli (en el actual Líbano).

Segunda Cruzada

Gracias a la división de los Estados musulmanes, los Estados latinos (o francos, como eran conocidos por los árabes), consiguieron establecerse y sobrevivir. Los dos primeros reyes de Jerusalén, Balduino I y Balduino II fueron gobernantes capaces que extendieron el reino a toda la tierra entre el Mediterráneo y el Jordán, e incluso más allá. Rápidamente se integraron en el cambiante sistema de alianzas locales y así pudieron verse enfrentamientos entre la alianza de un Estado cristiano con uno musulmán contra la alianza de otro Estado cristiano con otro Estado musulmán.
Sin embargo, a medida que el espíritu de cruzada iba decayendo entre los francos, cada vez más cómodos en su nuevo estilo de vida orientalizante, entre los musulmanes iba creciendo el espíritu de jihad o Guerra Santa, principalmente entre la población, movilizada por los predicadores contra sus impíos gobernantes, capaces de tolerar la presencia cristiana en Jerusalén e incluso de aliarse con sus reyes. Este sentimiento fue explotado por una serie de caudillos que consiguieron unificar los distintos Estados musulmanes y lanzarse a la conquista de los reinos cristianos.
El primero de estos fue Zengi, gobernador de Mosul y de Alepo, que en 1144 conquistó Edesa, liquidando el primero de los Estados francos. Como respuesta a esta conquista, que puso de manifiesto la debilidad de los Estados cruzados, el Papa Eugenio III, a través de Bernardo, abad de Claraval (famoso predicador, autor asimismo de la regla de los templarios) predicó en diciembre de 1145 la Segunda Cruzada.

Tercera Cruzada

Tercera cruzada (1189-1192), también conocido como Cruzada de reyes, estaba una tentativa cerca Europeo líderes al reconquer Tierra santa de Saladin (Ibn Ayyūb de Yūsuf del al-Dīn de Salāh).
Después de la falta del Segunda cruzada, Dinastía de Zengid controló unificado Siria y enganchado a un conflicto con Fatimid reglas de Egipto, que dio lugar en última instancia a la unificación de fuerzas egipcias y sirias bajo comando de Saladin, que las empleó para reducir los estados cristianos y para recobrar Jerusalén en 1187. Estimulado por celo religioso, Henrio II de Inglaterra y Philip II de Francia terminó su conflicto con uno a para conducir una nueva cruzada (aunque la muerte del Henrio en 1189 puso a contingente inglés bajo comando de Richard I en lugar). Los ancianos Emperador romano santo Frederick I Barbarossa respondido a la llamada a los brazos, y conducido un ejército masivo a través Anatolia, pero muerto de ahogarse antes de alcanzar la tierra santa. Muchas de sus tropas desalentadoras se fueron para ir a casa.
Después de algunos éxitos militares, las energías cristianas discutidas sobre estropean de guerra; frustrado con Richard, sucesor de Frederick, Leopold V de Austria y Philip salió de la tierra santa en agosto de 1191. En 2 de septiembre, 1192, Richard y Saladin concluyeron un tratado por el cual Jerusalén permanecería bajo control musulmán, pero el cual también permitió a cristiano desarmado peregrinos para visitar la ciudad. Richard salió la tierra santa encendido 9 de octubre. La falta de la tercera cruzada conduciría a la llamada para a Cuarta cruzada seis años más tarde.

Cuarta Cruzada

Después de la falta del Tercera cruzada (1189-1192), había poco interés en Europa para otra cruzada contra Musulmanes. Jerusalén ahora fue controlada por Dinastía de Ayyubid, que gobernó todo el Siria y Egipto, a excepción de las pocas ciudades a lo largo de la costa todavía controlada por el cruzado Reino de Jerusalén, ahora centrado encendido Acre. La tercera cruzada también había establecido a reino en Chipre.
Papa Innocent III se tuvo éxito al papado en 1198, y a la predicación de una nueva cruzada la meta la suya pontificate. Su llamada fue no hecha caso en gran parte por los monarcas europeos: los alemanes luchaban contra energía papal, y Inglaterra y Francia todavía fueron enganchados a la guerra cara a cara. Sin embargo, debido a la predicación de Fulk de Neuilly, organizaron a un ejército crusading finalmente en a torneo sostenido en Écry cerca Cuenta Thibaut de Champán en 1199. Thibaut fue elegido líder, pero él murió en 1200 y fue substituido por Italiano cuenta, Boniface de Montferrat. El Boniface y los otros líderes enviaron a envoys a Venecia, Génova, y otros ciudad-estados para negociar un contrato para el transporte a Egipto, el objeto de su cruzada; uno de los envoys era el historiador futuro Geoffrey de Villehardouin. Génova era desinteresada, pero en marzo de 1201 las negociaciones fueron abiertas con Venecia, que acordó transportar a 33.500 cruzados, un número muy ambicioso. Este acuerdo requirió un año completo de la preparación de parte del Venetians para construir las naves numerosas y para entrenar a los marineros que los servirían, todo el rato acortando las actividades comerciales de la ciudad. Se esperaba que el ejército crusading abarcara 4.500 caballeros (así como 4.500 caballos), 9.000 hacendados, y 20.000 pie-soldados.

Las Cruzada Menores

Tras el fracaso de la cuarta, el espíritu cruzado se había apagado casi por completo, pese al interés de algunos papas y reyes por reavivarlo. Si los Estados francos sobrevivieron hasta 1291 fue por la intervención de los mongoles que ,al acabar con el califato Abbasí en 1258 y conquistar la región de Oriente Medio, dieron un respiro a los latinos, al no ser los mongoles hostiles al cristianismo.

La convicción de que los reiterados fracasos se debían a la falta de inocencia de los cruzados, llevó a la conclusión de que sólo los puros podrían reconquistar Jerusalén. En 1212 un predicador de 12 años organizó la llamada cruzada de los niños, en la que miles de niños y jóvenes recorrieron Francia y embarcaron en sus puertos para ir a liberar Tierra Santa. Fueron capturados por capitanes desaprensivos y vendidos como esclavos. Tan sólo algunos consiguieron regresar al cabo de los años. El cuento era popular en la Edad Media, pero la mayoría de los historiadores creen que este cuento se exagera, o que es un mito.

Quinta Cruzada

La V Cruzada fue proclamada por Inocencio III en 1213 y partió en 1218 bajo los auspicios de Honorio III, uniendóse al rey cruzado Andrés II de Hungría, quien llevó hacia oriente el ejército más grande en toda la Historia de las Cruzadas. Como la IV Cruzada, tenía como objetivo conquistar Egipto. Tras el éxito inicial de la conquista de Damieta en la desembocadura del Nilo, que aseguraba la supervivencia de los Estados francos, a los cruzados les pudo la ambición e intentaron atacar El Cairo, fracasando y debiendo abandonar incluso lo que habían conquistado, en 1221.

Sexta Cruzada

La organización de la VI Cruzada fue un tanto rocambolesca. El papa había ordenado al emperador Federico II Hohenstaufen que fuera a las cruzadas como penitencia. El emperador había asentido, pero había ido demorando la partida, lo que le valió la excomunión. Finalmente, Federico II (que tenía pretensiones propias sobre el trono de Jerusalén) partió en 1228 sin el permiso papal. Sorprendentemente, el emperador consiguió recuperar Jerusalén mediante un acuerdo diplomático. Se autoproclamó rey de Jerusalén en 1229 y también obtuvo Belén y Nazaret.